¿Cómo saber si está hecho?, ¿qué moldes son los más adecuados?, ¿cuál es la temperatura óptima de cocción?...
No se trata de una receta especialmente complicada. Sin embargo, a la hora de preparar un bizcocho es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones (además, claro, de un buen horno). Estos son algunos consejos para lograr un bizcocho... ¡irresistible!:
- Si compruebas que con tu horno la parte superior de los bizcochos o pasteles se queman puedes cubrirlos hacia el final de la cocción con una hoja de aluminio.
- No olvides hacer caso a las indicaciones de temperatura que figuran en las recetas (no hay una temperatura estándar). Si es demasiado fuerte es probable que se forme una especie de costra en la superficie antes de que el bizcocho o pastel haya subido mientras que, si es baja, la masa permanecerá húmeda.
- Es importante no abrir la puerta del horno hasta que hayan pasado las tres cuartas partes de tiempo de la cocción del pastel ya que, si no, puede bajar. Cuando lo hagas, no lo saques demasiado de la rejilla, ya que el contraste calor-frío podría provocar que el bizcocho bajase.
- Recuerda que los hornos eléctricos deben precalentarse durante al menos 15 minutos. En los de gas bastará con cinco minutos.
- Para saber que un bizcocho está listo, un buen truco consiste es pincharlo con una aguja larga. Si está hecho, la aguja saldrá seca y caliente.
- Las pastas y pasteles de tamaño pequeño estarán hechos cuando se despeguen con facilidad de la plancha. Retíralos entonces enseguida de la misma, ya que el calor que queda puede endurecerlos.
- Si usas un molde nuevo es conveniente meterlo vacío durante unos 15 minutos en el horno muy caliente antes de emplearlo por primera vez.
- Los moldes antiadherentes resultan muy cómodos porque facilitan la tarea de desmoldado y, además, son fáciles de lavar. Aún así, también se pueden untar previamente con algo de mantequilla o aceite.
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