Los olores y los sabores de la primavera empiezan a invadirlo todo. Las flores, además, han entrado en la cocina últimamente. Cocinar con flores se ha puesto de moda. Algunas flores comestibles se añaden a ensaladas para darles sobre todo un colorido espectacular. No hay nada más primaveral que una flor en el plato, pero yo de momento no me he animado a tanto.
Me conformo con jugar con la lavanda (yo la compro ya seca en mi tienda habitual de especias) y hacer helado casero para adelantar el verano que está a la vuelta de la esquina. Los helados y sorbetes caseros, incluso sin heladera, son un postre facilismo, que puedes preparar en minutos, y en los que controlas en todo momento lo que pones, a diferencia de los comprados. Este helado, tan aromático, te traerá de golpe las vacaciones a la mesa en cuanto lo sirvas. Si además le pones unas flores de lavanda al servirlo, el efecto ya será completo.
Helado de lavanda
Ingredientes
- 100 gramos de agua
- 50 gramos de azúcar
- 20 gramos de flores de lavanda secas
- 2 claras de huevo
- 200 gramos de nata (al menos 35% de materia grasa, muy fría)
- Sal
Preparación
Calentar en un cazo el agua con el azúcar y las flores de lavanda. Llevar a ebullición, bajar a fuego lento y mantener hasta que el azúcar se deshaga totalmente. Retirar del fuego y dejar infusionar 10 minutos. Colar y retirar las flores. Montar las claras a punto de nieve muy fuerte, con una pizca de sal y añadir el almíbar de lavanda. Montar la nata y mezclarlo con cuidado con las claras sin que se bajen. Congelar en heladera o llevar al congelador del frigorífico, mezclando con un tenedor cada 2 horas para que no se formen cristales y quede cremoso. Sacar del congelador 10 minutos antes de servirlo, y decorarlo con flores de lavanda.
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